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viernes, 25 de octubre de 2013

                                                             APETECEECOLÓGICO

Continuámos  escribiendo sobre la SEMILLA  y  el  GRANO.

Las semillas poseen una vida propia muy poco intensa y que se denomina  vida latente ;  todas las funciones vitales existen, pero muy atenuadas;  así , las células digieren sus propias reservas y no dejan de respirar. Al cesar esta vida latente, la semilla muere, y poco después, la materia que la constituye entra en putrefacción, dando lugar a la formación de gases, los cuales aligeran el peso de la semilla y hacen que pueda flotar en el agua. Esta circunstancia es aprovechada por el agricultor para reconocer y separar las semillas muertas de las vivas, con la sola excepción de las semillas oleaginosas, cómo la  colza, la nuez , el ricino, etc. , que por su escasa densidad flotan siempre.

GERMINACIÓN.-  La vida latente de las semillas puede transformarse en vida activa mediante ciertas condiciones de calor y humedad; a esta transformación se la denomina germinación, y su consecuencia es que la semilla se transforma en una planta que crece, se desarrolla, se multiplica y finalmente muere después de haber producido nuevas semillas que han de perpetuar la especie.
Las condiciones que se precisan para que una semilla germine dependen, sobre todo, de que la misma semilla halla llegado a su completo desarrollo o madurez y que se conserve su vitalidad.

                                                 CARMEN  Mª  TORO

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